jueves, 30 de junio de 2016

La paradoja de la pureza victimista verde

Un millón de votantes de Podemos, el partido más Verde, no han ido a votar. Mientras tanto los disciplinados votantes Ámbar/Azul cumplen con su deber tal como les dicta su conciencia (mantener el orden y la unidad nacional de la patria), y votan al PP a pesar de los palmarios escándalos y latrocinios de sus representantes políticos.
A la espera de los análisis que se hagan de la debacle de Podemos, adelanto la hipótesis que el votante Verde se ha quedado en su casa sin votar a los que mejor podían representarlo, la coalición Unidos Podemos, por lo que caracteriza la versión insana del nivel de conciencia Verde: instalarse en la queja, el victimismo y la desconfianza a todo poder,.
Así se ratifica el mecanismo de la profecía autocumplida: los políticos y los que tienen poder son intrínsecamente perversos (a diferencia de mi, que como me paso el día criticándolos y quejándome de lo malos que son, con eso demuestro que estoy en el lado de los buenos). Así con mi acción política permito que gane de nuevo esa derecha con su desvergonzado historial, con lo cual mi ego Verde se verá reconfortado para poder continuar quejándome y cargarme de más razón en mis despotriques contra los políticos corruptos y mentirosos que nos gobiernan. El narcisismo como práctica política.
 El problema es que la estructura Ámbar/Azul que ha ganado gracias a esa paradoja Verde, se ve sobrepasada para gobernar la complejidad en la que estamos instalados, con lo cual refuerza su veta autoritaria (y corrupta), el Ámbar/Azul insano. Por otro lado la ingenuidad verde, con ese exacerbado narcisismo de sus votantes, todavía es más impotente para alcanzar el gobierno. Parece que entramos en un periodo en que la evolución, desde el nivel del gobierno (no en la cultura y la academia, donde lo Verde sí tiene poder) tendrá que venir de los aspectos sanos de Ámbar y Naranja, pues lo Verde ha certificado su fracaso y su impotencia en estas elecciones, a pesar de la esperanza que había suscitado

3 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo con tu análisis, Enric, aunque no veo que PODEMOS haya fracasado, pues ha conseguido 71 escaños, con los que podrá hacer una labor excelente desde la oposición. Hace dos años y medio que PODEMOS nació, en mi opinión, los resultados son excelentes. Además, el mérito de romper con el bipartidismo es totalmente de PODEMOS, pues los establecidos en el poder, al ver que mucha gente les podía votar, dotaron de presupuesto y capital humano capacitado a Ciudadanos, para romper con la transversalidad inicial de PODEMOS, que atrajo a mucha gente de derechas en sus orígenes. Al final, su gran fallo fue creerse los sondeos del último mes, que por cierto, las mismas empresas demoscópicas han admitido que los análisis estaban mal hechos. PODEMOS sólo hablaba de "sorpaso", y además, con su pacto con IU, dejó de explicar su transversalidad y el porqué también son la mejor opción para el pequeño y medio empresario de derechas. O sea que en su última campaña sobró "sorpaso" y faltaron explicaciones de su programa, que para mi sí que es verde sano. Ahora, a aprender de los errores, y a consolidarse en los siguientes 4 años, para ver si en las próximas elecciones no hay tanto miedo al cambio.

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  2. Yo también estoy de acuerdo que Podemos no ha fracasado, sobre todo si vemos el triste panorama que había hace 4 años. Mi análisis no iba tanto al partido, que me parece muy necesario que exista y lo veo como un factor claramente evolutivo por su centro de gravedad en Verde (a pesar de sus numerosos aspectos de Verde patológico -no hay más que ver cómo se adhiere a la teoría de género...), digo que mi análisis -más bien mi hipótesis- va dirigido a intentar explicar por qué un millón de votantes, que podrían haber cambiado el panorama gracias a que ahora existe Podemos, en lugar de votar se quedaron en casa.
    Por supuesto el partido tendrá que analizar qué ha hecho de mal en su campaña para no estimular a esos votantes, pero más allá de que el partido lo haga más o menos bien o mal, yo creo que está ese factor estructural del votante Verde -el narcisismo- que no afecta tanto al votante Ámbar y Naranja que es mucho más disciplinado, responsable, y consciente de sus deberes cívicos

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