En un
post anterior comenté como las elites extractivas españolas
–y catalanas, que en eso no están al margen-, muy instaladas en el vMeme
Azul/Ámbar (mítico-pertenencia, identitario) y con una grave carencia del
elemento Naranja (técnico-racional, logro), han usado la estrategia del
nacionalismo para diluir lo que antes el marxismo denominaba “antagonismo de
clase”. Esta estrategia consistía en hacer creer que burgueses y proletarios
compartían un interés común: defender su nación contra los enemigos.
Con
esta simplificación bastante burda no quisiera dar la impresión de que
considero a “España” meramente un truco urdido por la pérfida casta extractiva
para atontar al pueblo que está explotando. Nunca me han interesado los
catecismos marxistas (el filósofo Marx es otra cosa).
De
todas maneras, si el proceso soberanista sale bien, es decir, que por el otro
lado se interpreta que “España se ha roto”, creo que en ese lado producirá un
shock (en otro post lo comparé al del 1898) y un sentimiento de pérdida tremendo. Estos sentimientos dolorosos no
sólo sería cosa de esas supuestas castas extractivas sino que afectaría a
amplísimas capas de la población española
Desde
el lado soberanista se insiste en algo muy del vMeme Verde (sensible-pluralista): todos
podemos salir ganando, la estrategia Win-Win: yo gano, tú también ganas. Aquí hay un ejemplo de este soberanismo verde
Sin
embargo, desde Azul/Ámbar (y muchas veces desde Naranja) no se ve así: el juego
es de suma cero, para que uno gane el otro tiene que perder. La historia de España del s XIX y XX está llena de ejemplos "con los enemigos del Bien no se puede negociar, hay que derrotarlos. Hasta la Victoria".
¿Qué es lo que
perdería España, si triunfa el soberanismo? Desde el soberanismo Azul/Ámbar la
respuesta muy se tiene muy clara: “España nos roba.
Ahora, sin nosotros, que se hunda”. Sin
embargo no creo que la fuente principal del conflicto sea algo económico, en
contra de lo que suelen repetir lo medios de comunicación. Las pérdidas económicas en ambos lados se pueden cuantificar, negociar y hasta
compensar; es algo así como los divorcios conflictivos, aunque la rabia parezca que surja por el reparto de los bienes, la verdadera fuente del dolor está en algo más profundo que el dinero. Pienso que desde el unionismo Azul/Ámbar, mayoritario en la
población española, la principal pérdida
o rotura tiene que ver con la imagen de España que ese unionismo Azul/Ámbar ha
construido. Romper la imagen, en los niveles inferiores de la espiral, se
interpreta como romper el Ser. El proceso de desidentificación con el nivel
en el que uno se encuentra –el proceso de crecimiento- es algo doloroso.
La Teoría
Integral no habla de soberanismos ni unionismos (esto es de mi cosecha, este
intento de aplicarla –espero que con más acierto que yerro- al proceso político
del soberanismo) pero explica muy bien cómo en cada paso de la evolución hay
una desidentificación –objetivación- con el nivel en el que uno subjetivamente
se había identificado para incluirlo y trascenderlo en un nivel superior.
Este
proceso se ve muy claro en psicoterapia, y también en la meditación. En ambos
casos la Teoría Integral da buena cuenta de ello. En el proceso de
desidentificación, trascendencia e inclusión en un nivel superior también juegan
los elementos inconscientes (están ahí pero no se ven) o de sombra.
Precisamente esos elementos no tenidos en cuenta son los que causan más
sufrimiento.
Volviendo
al tema soberanista, es comprensible la feroz resistencia –sobre todo del unionismo
azul- a cualquier cambio o modificación de lo que considera que ha sido
España, esa imagen que ha construido
y que duele revisarla. Hay una sombra en el unionismo que todavía no ha podido
emerger e integrarse. Que España se mire
a si misma tal como sea y no tal como la construyen sus elites Azul/Ámbar es demasiado para muchas personas,
sobre todo para las que se pasan el día proclamando su inquebrantable amor a la
patria (y proyectando en los enemigos egoistas que la pretenden romper todo tipo de agresividad y de sombra)
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