domingo, 15 de noviembre de 2020

El holón España y el estadio Mítico-racional ámbar/naranja

He leído en «La Religión del Futuro» de Ken Wilber por primera vez una descripción de lo que él llama estadio Mítico-racional ámbar/naranja, es decir, que lo considera un estadio por si mismo. Esto me ayuda a aclarar una de las discusiones más recurrentes que he tenido con el tema del soberanismo. Mi tesis ha sido que el centro de gravedad del unionismo era mítico-pertenencia Ámbar. Esto es: la unidad de España es un bien religioso absoluto, y quien se atreva cuestionarlo sólo puede ser un perverso egoísta. De ahí hemos visto como la intelligentsia española ha construido la imagen del «nacionalista catalán» con los elementos clásicos del anti-semitismo: endogamia, deslealtad a la patria común, preocupación exclusiva por el dinero, etc. La típica construcción del enemigo interno que cohesione a los fieles (¡«yo no soy nacionalista, soy español!»), el último recurso de la corrompida elite que dirige el Estado surgido del Régimen del 78, cuya podredumbre ya no sabe como disimular. Así, al disidente se le aplica el derecho penal del enemigo y no se le combate con la acción política Naranja, sino desde las cloacas, con los servicios secretos y la lawfare de la alta magistratura. Estas semanas, por cierto, parece que Podemos acaba de descubrir que esta práctica no-política del Deep-State también se les está aplicando a ellos (mientras solamente se aplicó al soberanismo, Podemos se puso de perfil).
Cuando yo defensaba esa tesis del unionismo como Ámbar recibía la réplica indignada de cómo podía defender algo tan regresivo como el “nacionalismo”, compuesto de victimismo (algo cierto: su sombra Verde, de la que ya he hablado en este blog) y etnocentrismo (en mi opinión: proyección del “mapa oculto” ámbar de los partidarios de la unidad de España). Su tesis era que España es una “democracia consolidada”, es decir, plenamente naranja. Por supuesto que son innegables los elementos democráticos naranja de la Constitución del 78 (C78), además de todo lo verde que se ha incorporado desde entonces, como los derechos de los homosexuales. Aunque el anhelo infantil de repetir “somos una democracia consolidada” (nadie en Europa necesita proclamar eso) debería alertar sobre qué sombra está actuando ahí.
Esta consideración de lo ámbar/naranja com un estadio por si mismo me hace entender mejor la dinámica. Según Wilber, en ese estadio surgen los “expertos” que aplican la capacidad racional a un “enfoque global que sigue siendo muy rígido, inflexible y concreto”… “centrará su visión concreta de un problema sin hacer el menor intento de incluir otros enfoques o métodos. Y cuando mencionan otros enfoques, suele ser para describir porque no son exactos, eficaces o eficientes como el suyo y se centran en características que representan el aspecto mítico-etnocéntrico [la unidad de España], es decir en la visión que se tiene desde el interior del grupo”. 
Han habido muchos expertos juristas que han dicho que la demanda soberanista cabía en una constitución Naranja. Están otros ejemplos naranja como Quebec y Escocia en que así fue. Sin embargo la respuesta de los expertos del Estado al servició del R78 ha sido inflexible: “España no se va a romper” y derecho penal del enemigo para los disidentes. Más allá de las proclamas de “Viva el Rey!” por los próceres del CGPJ, sus admoniciones a los jueces para recordar el fin último de la acción de la justicia es la unidad de España según la C78 (no la defensa de los derechos fundamentales, por ejemplo), o las filigranas conceptuales con las que argumentan ante la justicia europea que les entregue al presidente exiliado de Catalunya para poderlo encarcelar, me hacen pensar que este estadio Mítico-racional de Wilber pone claridad en el tema. 
Por un lado está la auto-percepción naranja de la intelligentsia de España como una democracia moderna europea etc que gracias a la Transición dejó atrás para siempre el fascismo representado por Franco. Por otro lado tenemos una práctica muy alejada de política liberal naranja puesto que se basa en el lawfare y el derecho penal del enemigo, para el que la división no está entre ciudadanos inocentes o culpables, sino entre “personas” y enemigos contra los que el Estado debe actuar preventivamente. Este nuevo estadio Mítico-racional ámbar/naranja puede que sea la explicación para esa incoherencia entre lo que se practica y lo que se percibe por parte de los que mantienen el R78 de España.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Thomas Hübl sobre el conflicto Catalunya-España

Thomas Hübl es un maestro espiritual con amplia experiencia en campo del trauma colectivo. Durante el fin de año de 2018 dirigió un taller en Israel dirigido a un público formado básicamente por alemanes e israelíes. En el transcurso del taller muchos asistentes manifestaron síntomas que reflejaban el trauma del Holocausto, unos síntomas transgeneracionales con los que se realizó un trabajo grupal de reintegración.
En el taller me dirigí a Thomas para preguntarle cómo este proceso de abordar de los efectos ocultos del trauma colectivo e intergeneracional -con las emociones que manifiesta de victimismo y rabia- se podría aplicar al conflicto entre Cataluña y España. La pregunta y su respuesta fue la siguiente:
Con la cuestión de Alemania y los judíos, lo que sentía ayer, especialmente cuando todo comenzó, lo que me vino al pensamiento fue “bueno, esto puede estar pasando aquí porque el fascismo fue derrotado hace 70 años en Europa”.Sin embargo no fue así en toda Europa, porque en España ganó la guerra. Nosotros tuvimos una dictadura fascista durante 40 años hasta 1975 cuando murió general Franco. En 1940, cuando ya había derrotado a Cataluña y suprimido sus instituciones, y el presidente de Cataluña estaba en el exilio, Franco pidió a la Gestapo que se lo entregara a España, lo juzgó y lo ejecutó.
Ahora tenemos este conflicto otra vez. El presidente de Cataluña está en el exilio, el vicepresidente está en la cárcel y se enfrenta a un juicio con 25 años de sentencia [Finalmente ha sido 13 años de cárcel]. Siento ira. Siento mucha ira con todo esto, y los españoles también están muy enojados con nosotros. Es esto que dices de que el karma es un ciclo que trata de repetirse otra vez
Así es
El karma de los catalanes parece ser el victimismo, y los españoles están hartos de nosotros, con nuestro victimismo. Por supuesto tenemos muy buenas razones para ser víctimas: la historia que acabo de contar del presidente de Cataluña, todas las persecuciones contra la cultura catalana y sus instituciones. Y ya que está sucediendo otra vez, también lo relaciono con mi vida, cómo he estado utilizando el victimismo en mis relaciones pasadas, cómo las he echado a perder sin darme cuenta por ese victimismo. Hay esta ira no reconocida por debajo. Qué hacer con esto?
Es muy importante, porque una dinámica del victimismo es que uno puede ser la víctima, pero también convertirse en el perpetrador. Hemos visto ese giro dinámico muy a menudo en la historia de la humanidad. Por eso tenemos que hacer un trabajo interno para entender cuál es realmente el proceso interno de victimización y cómo podemos integrar el pasado lo suficiente como para poder responder a la situación actual con más fuerza.
Creo que estás diciendo dos cosas: lo que estamos haciendo aquí ahora mismo con el Holocausto, un proceso de integración de traumas colectivos, creo que es algo que debe multiplicarse en el mundo y aplicarse a muchas áreas diferentes. Porque una cosa es cierta: el trauma reproduce ciclos de traumatización no porque sea estúpido, sino porque viene como un movimiento inconsciente de capas profundamente enterradas en el subconsciente de la humanidad. Si no lo trabajamos conscientemente, lo reproduciremos de manera inconsciente. Las tradiciones místicas nos enseñan que cuando la energía se crea, ésta debe completarse a si misma. La energía no puede detenerse, la energía es movimiento. Si los planetas se mueven es porque hay energía en ellos, cuando la pelota de fútbol se mueve, se mueve. Cuando se ha creado el trauma, se ha creado mucho dolor, esto no desaparece [chasquea los dedos] aunque quizás no se sienta. Debido a la naturaleza del trauma, suprimimos ese dolor abrumador y por eso nos insensibilizamos. En el momento de la crisis, es una poderosa protección de la vida para sobrevivir mejor, pero después se convierte en una capa inconsciente que afecta nuestras vidas. Cuando no podemos sentirlo, se convierte en un filtro. Si pudiéramos ver esta habitación, sin la capa subconsciente, veríamos una gran cantidad de energía que se está moviendo, pero parece como que la gente pueda sentarse en la sala, sin sentir lo que está almacenado en ese lago de inconsciencia. Todo parece normal, sin embargo está hirviendo por debajo de nosotros. La gente está sentada en grupo, es agradable. Pero por debajo hierve. Si se pudiera ilustrar, la habitación se vería muy diferente. Porqué el inconsciente, ¿dónde está? Nadie puede señalarlo: delante, o detrás, no lo ves. ¿Por qué? Porque está entre nosotros, está aquí, en nosotros, actúa aquí, no surge en nuestro sistema nervioso, solo las incongruencias surgen, no la cosa misma. Por eso lo llamamos inconsciente.
Pensé sobre esto este año, cuando vimos que el conflicto en España y Cataluña volvía otra vez. Es un ejemplo clásico de que esta energía ahora regresa a través de una crisis -que es una experiencia-, con el fin de intentar resolverse. Pero no es necesario que regrese como una crisis, tenemos otras herramientas de consciencia para trabajar sobre ella, con el fin de eliminar la intensidad de la crisis que se necesita para que emerja de nuevo.
Si no, la mente puede decir "ah, esto nunca volverá a suceder otra vez, porque ahora sabemos". No, incluso aunque lo sepamos, habrán circunstancias y entonces de repente parece como que vuelve a suceder “Cómo! Si todos sabíamos que no lo haríamos más”. 
El conocimiento real es conciencia, y eso no es solamente mental. El trauma se almacena en nuestros cuerpos y emociones. Ahí es donde nos sentimos reactivos, construimos al “otro”, nos sentimos separados y nos vemos a “nosotros” y a “ellos”. Si sólo tenemos una comprensión cognitiva no podemos llegar a soluciones reales. A menudo parece que mentalmente sabemos, pero tenemos que integrar el pasado doloroso para poder hacer frente a la situación actual de vida.
Por un lado, el trabajo para la brecha entre España y Cataluña necesita un tratamiento de raíz para ver cuál es la nueva emergencia real, cuál es la nueva posibilidad de vida para un estar juntos [togetherness] de una manera diferente a la que ahora vemos. Por supuesto éste es solo otro ejemplo que también es cierto en muchos otros lugares del mundo.
Lo interesante es lo que dijiste con la ira. En tanto que se cocina por dentro, un día la ira necesita volver a la relación, pero conscientemente. Cuando se cocina interiormente, es una especie de energía circular hirviendo, y después aparece como pensamientos, carga nuestros pensamientos, y éstos llevan las quejas y las interacciones con los otros seres humanos. Necesitamos encontrar la forma como puedes sentir tu ira. Porqué la ira es una emoción almacenada y cómo la ira a menudo se basa en una herida más profunda que es muy vulnerable de mostrar. La emoción es un sentimiento, no un "pensasiento". Un sentimiento está para que lo sintamos, por eso es un sentimiento. Luego el sentimiento debe volver a la relación y ser atestiguado, ya que las emociones son los bloques de construcción de la relación, no los bloques de construcción de la separación. Necesitamos trabajar con este enojo, que probablemente está en mucha gente: hay un enojo que no va a ninguna parte. Entonces crea separación. En muchos países también ves separación. Ciertos grupos se separan de otros, crean una ruptura y ciertamente parece que somos “ellos y nosotros”. Tenemos que sacar la energía fuera del proceso de otredad [othering]. Porque la otredad es efecto del pasado, no es el efecto del ahora. Una vez que se crea la ira, una vez ha sucedido el dolor que no ha sido escuchado, esperará hasta que sea escuchado.
Esto no es algo estúpido, solo se trata de entender la energía. Podemos escuchar el dolor de maneras diferentes, no necesitamos escucharlo hasta que chille. Es lo mismo con los matrimonios si ha habido una herida, digamos que alguien ha tenido una aventura y miente, y bueno, deciden permanecer juntos. Si esta herida se convierte en una cicatriz, el final de la relación ya empezó. ¿Por qué? porque estas cicatrices comienzan a crear una separación y las dos personas, incluso si racionalmente deciden volver a estar juntas, ya no se encuentran así [mirándose el uno al otro] sino así [cada uno mira a un lado]. Cuando haces terapia matrimonial y ves las parejas, puedes decir de qué manera están juntas: porque las energías se encuentran, o las dos personas de hecho ya no se miran internamente el uno al otro. El cuerpo energético ya no mira a la otra persona completamente. Estamos sentados juntos, y nos hablamos, pero cada uno es como que mira a otro lado, mi energía no está plenamente contigo. Porque si me girara hacia ti, empezaría a sentir un montón de cosas. Para no sentir tengo que darme la vuelta. Eso es abandonar la relación, así es como se empieza a dejarla. Cuando las personas se divorcian, de hecho es el efecto del efecto que comenzó mucho antes, cuando las personas no pudieron mantener la intimidad debido a todo tipo de heridas.
Estas heridas también las tenemos en diferentes países. En los EEUU entre los afroamericanos y los blancos hay muchas brechas, mucho girarse al otro lado. Mientras no trabajemos en esta composición energética, por ejemplo: viene una pareja, se miran y ves que entre ellos ya no fluyen muchos datos (energía); las personas todavía viven juntas corporalmente, pero energéticamente la relación ya la dejaron. Ya no hay más evolución mutua, hasta que primero recreemos la intimidad y entonces haya una posible evolución mutua para la pareja. Volverme hacia el otro significa que tengo que sentir lo que no quería sentir cuando ocurrió la herida. Apartarse era una manera de lidiar con el dolor, pero también crea separación.
De lo contrario, debes darte la vuelta y convertirlos en “otros”, porque si te diriges hacia mí, te sientes muy enfadado, o triste, o asustado, y para no sentirlo necesito convertirme en “otro”, necesito distanciarme, y tu te conviertes en el otro. Así es como empieza. Después podemos racionalizar y decir “oh, deberíamos ser capaces de estar juntos” pero energéticamente nos hemos apartado, no estamos juntos. La mente aquí no ayuda. Necesitamos aprender a escucharnos y atestiguarnos unos a otros completamente. Lo mismo que en la relación: en tanto que yo niegue que para ti fue doloroso, si no quiero escuchar tu dolor, porque no quiero sentir lo que siento cuando tú sientes dolor, cuando estás triste, cuando ya no confías en mí... En tanto que yo no quiera sentir esto, nunca volveremos a unirnos en una intimidad que esté conectada.
La intimidad conectada es la forma en que se desarrolla la relación, entonces podemos evolucionar juntos. Comienza en la familia, pero también en los países. Luego vuelve a abrirse e intentamos legislar, hacer política y todo tipo de cosas por encima de ello. Es como cuando construyes una casa y de repente se agrieta la pared, y la pared se derrumba porque un árbol ha crecido dentro de la casa
Entonces veo peligro, y con el peligro siento miedo. Miedo del daño, porque el conflicto va a más, esta ira erupciona. Cuando la gente está enojada hay víctimas. Aquí también hay miedo
Cuando estamos enojados quiere decir que no nos escuchamos el uno al otro. Especialmente entre enemigos, debemos ser capaces de atestiguar la herida de cada uno. Si alguien hiere a otro, tenemos que decirle a la cara que estás jodidamente cabreado, y que ahí estaré, y viceversa.
Con la ira tenemos que aprender a relacionarnos con ella. Cuando la escuchamos, nos escuchamos el uno al otro en lo que ha sido doloroso, es el comienzo de la sanación. Quizás la ira entonces se convierta en otras emociones, y se regresa a la relación. Pero mientras no nos escuchemos, puede llegar a ser destructiva. La ira sólo es destructiva si rompe la tubería, es la cantidad de agua que puede fluir a través de la tubería. Si quiero canalizar miles de litros de agua a través de esta tubería, explotará: la relación será más pequeña que el contenido de la emoción, se derramará por todas partes. La ira en la relación es aclaración, la ira sin la relación es destrucción.
Cuando escuchamos el enojo el uno del otro, aprendemos mutuamente: Si se trata de un enojo que tapa el miedo, o de si es un enojo que manifiesta autonomía. Son dos tipos de ira (hay más tipos). Hay dos efectos principales: las personas se enojan mucho cuando están muy asustadas, o bien las personas se enojan cuando necesitan más espacio en la vida. Como los niños que crecen y abarcan más espacio; los niños que no consiguen este espacio de los padres se enfadarán, cada vez más, y luego tal vez se diga que no están concentrados en la escuela o lo que sea, pero de hecho necesitan espacio, porque los niños expanden el planeta. Parte de la ira es que no tenemos el espacio, el territorio que necesitamos, un territorio energético, y el respeto que necesitamos para florecer, para que yo respete tus dones y tu inteligencia, tú respetes los míos y juntos construyamos el mundo.
A menudo esto no sucede porque muchas personas no han sido respetadas, han sido lastimadas, han sido torturadas. Todavía no escuchamos su dolor. Porque queremos seguir adelante con la historia sin escuchar ese dolor. ¿Por qué esto no funciona? Porque entonces te mantienes igual, la gente permanece igual, no crecemos.
En la reconciliación, la ética crece. La reconciliación es el jardín de la ética, porque escucho cómo te sentiste cuando yo te torturé. Tendré que sentir lo que sentiste, a fin de llegar a ser una persona diferente. Si no lo hago, no puedo continuar. Puedo intentar superarlo, pero no puedo continuar. Seguiré caminando en el tiempo-después (after-time), lo que significa que estaré muy influenciado por mi pasado. Cuando paso por encima de ello, y no escucho tu dolor, o tu no escuchas el mío, estamos bloqueados en el tiempo. Tu no podrás seguir adelante, ni yo tampoco.
En esta vida, o quizás con nuestros hijos, o en otro momento, cuando sea, en un momento dado, este bloqueo reaparecerá. Luego decimos “oh, alguien en Israel se enamoró de alguien de Berlín” Ah, de verdad? Muy romántico!, pero ésta no es toda la historia, hay otra energía que emerge, que se metió en el océano y resurgió de nuevo. Parece como que salió más tarde, pero no es más tarde. Si no nos escuchamos el dolor del uno y del otro, podemos tratar de escaparnos de alguna manera, pero no podemos continuar. La evolución no puede continuar. Correremos, como en los cómics, sobre el mismo espacio. Ya sabes esa figura de los cómics que van corriendo, pero que están en el mismo sitio. Porque este karma de mis acciones me devolverá la llamada. Así que camino en mi burbuja del tiempo-después (after-time), parece que estoy activo, que estoy haciendo, pero algo me llama de vuelta. Las relaciones traumáticas se transmiten de generación en generación.
Incluso si es duro, porque lo que nos hicimos entre nosotros fue y es duro, y el dolor que nos hemos inflingido fue y es un dolor real. Gente que se torturaron unos a otros, esto es un verdadero dolor. El crecimiento ético llega cuando me permito sentir el espacio del no sentir desde el que actué.
Entonces, ¿qué pasa con la víctima que mantiene esa superioridad moral de “tú eres el torturador”?. Por supuesto el torturador se cierra: “¡cómo te atreves a llamarme así! tenía muchas razones. Te lo merecías. ¡Deja de ser la víctima!”. Te quedas en ese juego
Mientras mantengamos la discusión en el nivel racional, solo estaremos en el departamento de defensa. Tal vez no con las armas, pero en el departamento de defensa personal. Entonces se convierte en una discusión: ser víctima, no ser víctima. Pero lo real es que la herida no es una herida mental, es una herida emocional y física y ahí es donde debe ser tratada.
Necesitamos crear espacios en que se permita que todas estas acusaciones vuelvan a mi experiencia. Y aprendamos a ser testigos unos de otros, atestiguar las experiencias de los demás y participar en ellas. Crear algo significativo juntos, una mutualidad. A partir de esta mutualidad, si no entramos en discusiones racionales, cuando tu sientas que yo siento tu enojo, algo en ti se relajará. Si tu sientes que yo te siento, o yo siento que tu me sientes, que tienes algo importante, algo entre nosotros se relajará.
Pero a menudo no queremos sentirnos unos a otros, porque significa mucho, significa permitir que el pasado regrese. Si lo permites, ahí es donde ocurre la transformación. Lo que ha ocurrido en Irlanda o en diferentes lugares del mundo, es que tenemos que llegar a un lugar donde haya bastante gente -no todo el mundo tiene que hacer este trabajo-, pero sí bastante gente que desbloquee la energía suficiente para que suceda un nuevo movimiento. Por eso creo que, en última instancia, esas cosas solo las podemos resolver a través de la mutualidad. La mutualidad crea un crecimiento ético, esto significa que mi corazón se abre más de lo que era antes. Llego a ser una persona diferente porque me permito entenderte y sentirte.
Eso es lo que estamos haciendo aquí, aprendemos a sentirnos unos a otros. Siento lo que siento mientras tu hablas, mientras habla cualquiera de nosotros, y creo una unicidad significativa. Sin esto solo nos quedamos en discusiones, sólo financiamos el departamento de defensa para que emprenda la próxima guerra: que si eres tú, que si soy yo... Después, la calidad de víctima y la calidad del perpetrador pueden abrirse a la experiencia real, porque víctima y perpetrador es una noción que se sitúa por encima la experiencia real. Nosotros lo llamamos así, pero en realidad no dice mucho. La experiencia real que está abajo sí dice mucho, si puedes abrirte, lo hará.
Qué está pasando en ti?
Es lo último que dijiste, que la víctima y el perpetrador están sentados, pero debajo hay algo más. Es como dejándome ir hacia abajo y explorar. Dejándome tocar por lo que está debajo de eso. A ver lo que hay. Es algo que no sé. Está la curiosidad por ver, ah, aquí hay algo interesante para explorar.
Una de las cosas más profundas es que, en la víctima, siempre hay un lugar de impotencia o indefensión [helplessness]. No queremos sentir esta impotencia. Cuando la gente se ve atrapada en la guerra, o son prisioneros, o víctimas de abuso, y hay un momento en el que ya no puedes hacer nada, se llega a un nivel de impotencia, “ya está, no hay nada que pueda hacer”. Ese momento no se quiere sentir. Ese es un momento muy difícil. Es mejor enojarse, buscar venganza, hacer todo tipo de cosas que estar en ese lugar. Pero creo que si puedes compartir que hay enojo, que hay miedo... a menudo hay un lugar donde nada más era posible ya, del que no había escapatoria, no podíamos hacer nada, era así. En la impotencia hay un dolor muy profundo, es algo que queremos evitar. Pero si podemos compartir ese lugar otra vez, y de verdad sentirnos el uno al otro en ese lugar, ese es un momento muy poderoso. Debido a que se revive lo que se había bloqueado, se puede abrir nuevamente. Esa energía puede regresar y transformar la impotencia en creatividad otra vez. Cuando se está paralizado... no queremos sentirnos paralizados en la vida, no queremos sentirlo. Ése también es un componente del trabajo sobre el trauma, sobre algo severo que haya sucedido. Especialmente en guerras, violencia, abuso, tortura, prisioneros... así vemos que lo que llamamos víctima es una serie de composiciones de experiencias. Cuando tocamos la experiencia real, ahí es donde tenemos la intimidad con nosotros mismos. Y esto es lo que crea una nueva intimidad con los demás.

jueves, 27 de septiembre de 2018

La incapacidad de perdón en el holón España

“…forgiveness or saying sorry is actually a consequence of an energetic process that needs to happen, that culminates in that act. I believe, actually, as human beings, we cannot forgive, but forgiving is a natural consequence of doing this inner work to come to a deep place of restoration, and that one effect of restoration is that we want to say sorry”

Thomas Hübl

Nietos de nazis marchan en Auschwitz para pedir perdón. Fuente.
En el ultimo post hablabamos de la negativa catalana a perdonar, como apego a ese karma de represion, exilio y hasta fusilamientos que el pueblo catalan ha sufrido por mantenerse fiel a su lengua y su cultura. El karma victimista no crece sobre el vacío, como bien sabemos con la historia de Israel. El maestro integral Thomas Hübl define el karma como una energía del pasado que en su momento no pudo expresarse y se queda circulando oculta, recreando el mismo escenario porque reclama su sanación, que sólo puede venir de restaurar el movimiento original de una relación que impidió ese movimiento y su evolución. Las heridas que un dia se experimentaron se transmiten por el cuadrante Inferior Izquierdo manteniendo en el cuadrante Inferior Derecho unas estructuras conceptuales que explican y justifican esa terrible experiencia, con la distorsión suficiente para que el nivel sentido de nuestro dolor interno sea proporcional a la agresión producida

Por supuesto llegar al perdon es mucho mas dificil cuando la otra parte ha sido incapaz de ningún gesto de contricion historica y decir “lo siento” (lo que se oye por parte del Estado, monarquía, prensa, ejército y también en jueces es “a por ellos, golpistas, adoctrinados, nazis…”). En otras palabras: 7 decadas despues de la Guerra Civil todavia no se ha entrado en ese “profundo lugar de restauración” del que habla Thomas Hübl. El president Companys yace fusilado como un delincuente. El karma catalan se reactiva con un presidente otra vez en el exilio, como ya lo estuvo Irla y Tarradellas, y con medio gobierno encarcelado. Mientras, la Europa Naranja y Verde no sale de su asombro, al fin y al cabo, ya hace años que los gestos de perdon como la genuflexión de Varsovia u otros, por crímenes como el colonialismo, se han vuelto cada vez más habituales.

Esta incapacidad de perdón por parte de lo que representa el Estado español lo relaciono con un sentimiento soterrado de vergüenza, típico de la parte perpetradora en las relaciones triangulares victimistas. Su España que tanto aman es el resultado de la ayuda de Hitler en la victoria de Franco y su régimen de terror. Es el resultado de que nunca hubo una desnazificación como en el resto de la Europa que sufrió el fascismo. Es el resultado de que Transición se cimentara sobre el olvido, porque hubo tanta crueldad -por ambos lados- que la vergüenza impedía mirar para atrás. Como recoge la teoria Integral a partir de Freud, lo reprimido, que quedó sepultado en el inconsciente, siempre retorna, y demanda sanación.

Ken Wilber dice que la vergüenza es la argamasa con la que se ha construido las sociedades, pero también es uno de los sentimientos más desagradables que puede experimentar un ser humano. Por eso recurrimos a toda clase de estrategias para evitarlo, una de ellas el victimismo. En el caso de los perpetradores, sobre todo si están en Ámbar como es el nacionalismo banal español, proyectan en su víctima -“se lo está buscando” “se lo merece”- la ira que sienten ante la fragilidad su España amenazada de rotura. En otro post ya hablamos que sólo se rompe la España Ámbar, precisamente porque la evolución está empujando para superar ese modelo obsoleto que tanto apego genera

viernes, 17 de agosto de 2018

«Ni oblit ni perdó». L’ombra victimista del sobiranisme


«El ego no puede perdonar porque ello socavaría su existencia»
Ken Wilber. Gracia y Coraje pg. 187


Aquesta frase del títol l’he llegit a moltes parets de pobles de Catalunya aquest estiu. Segons cita Ken Wilber de «un curs en miracles» el perdó és «la foma d’abandonar el meu ésser i recordar el meu Ésser» (KW «Gracia y coraje» pg 188).
Òbviament les agressions de l’1O foren una salvatjada i algun dia els seus responsables hauran de respondre davant la justícia. Tanmateix jo em vull centrar amb aquesta necessitat d’afirmar «1O ni oblit ni perdó» com expressió de la ombra del sobiranisme. Ja hem dit en altres articles que aquesta ombra es caracteritza per la covardia, el victimisme i el ressentiment, i amb els fets d’octubre ha aflorat poderosament. Els nostres germans d’Espanya ens coneixen bé i ens saben veure -millor que nosaltres mateixos- aquesta ombra, de la mateixa manera que nosaltres hem fet aflorar la seva ombra Ambre d’autoritarisme i conformisme davant d’un règim incompetent i estructuralment corrupte.
La manca de perdó, o la impossibilitat de perdonar és, doncs, el recurs de l’ego per mantenir la seva existència. Quan la teva identitat és una identitat de víctima, el perdó es torna impossible: necessites mantenir ben vives tota la col.lecció d’agravis perquè sobre ells has constituït la teva existència. El vMem Verd sobiranista aixeca el dit acusador contra Espanya i somica: «no em reconeixes i al damunt m’has agredit; ets un fatxa culpable i jo un pobre innocent». El vMem Ambre espanyol s’encen de fúria amb aquesta acusació d’aquests victimistes Verds que van d’especials i es creuen superiors, i així continua el joc de projeccions mutues. Com ja vaig dir en un altre article, el problema de la projecció no és que l’acusació sigui certa -que ho sol ésser- sinó que el que emet la acusació és incapaç de veure la ombra des d’on la emet. La projecció és l’astúcia de l’ego per no veure’s a si mateix.
El 1O havia de ser gran data d’afirmació sobiranista. Crec que en gran part així va ser: el règim del 78 es va veure qüestionat com mai, i es va veure la seva impotència per frenar a les bones o a les males l’aspiracio del poble català a decidir el seu futur. Els fets d’octubre encara no estan ben explicats i no resulta fàcil fer-ne una anàlisi. Tanmateix la esperança de la República no es va materialitzar. Aquest desconcert ha fet aflorar més agudament la ombra sobiranista. Fins llavors, en comptes de la tradicional reactivitat victimista, el sobiranisme havia pres proactivament la iniciativa de tirar pel dret amb el seu projecte polític, assumint responsabilitat pels riscs que comportava. No es va arribar al final. Potser fou una decisió prudent de les autoritats catalanes el frenar. Tensar el conflicte, havent-hi morts -com diuen que havia amenaçat l’Estat- hauria afavorit la República? Calia pagar un preu de sang? O hauria estat repetir el Karma català d’una nova derrota i un altre desastre històric per a la nació catalana? Aquestes preguntes no es poden contestar, perquè el govern va frenar i acceptà la presó i l’exili.
Tanmateix veig en un sector de sobiranisme que, en comptes d’assumir la pròpia responsabilitat de no haver volgut arribar al final -insiteixo: potser fou una decisió bona, prudent- doncs en comptes d’assumir aquest fet, recau de nou en el victimisme d’insistir amb el «dolents» (fatxes, agressius) que són els altres. Òbviament els altres encaixen en la nostra acusació tant com nosaltres en la seva de victimistes i plorons. Tot i que trobo encara més patètic els que tronen de santa indignació de puresa indepe i exigeixen des de la comoditat del seu twitter que altres paguin el preu de la represió i es deixin engarjolar amb el mantra de la desobediència.
El fet és que es va decidir no voler anar fins al final. Es van donar bones raons: l’amenaça de més violència per part de l’Estat, el suport de només la meitat de la ciutadania... Tanmateix trobo que ara el sobiranisme està obtenint més energia no tant de les raons d’un vMem Taronja sa -"volem un Estat eficient que estigui al servei de la nostra ciutadania i no un que li vagi en contra com ara tenim»- com de les emocions Ambre, Taronja i sobre tot Verdes del ressentiment i del victimisme que només sap queixar-se de que els altres uns fatxes, sense assumir la responsabilitat de no haver volgut pagar el preu que costava proclamar la República davant una societat espanyola Ambre fanatitzada. No hi ha dubte que les emocions són una bona gasolina per a l’acció política, però quan les emocions sorgeixen de la ombra i no són obertament reconegudes el resultat acostuma a sortir errat.



lunes, 6 de agosto de 2018

Disociación en el holón España

Cada vez que pensamos en el “nosotros” lo que tenemos en cuenta es lo que nuestro “yo” piensa al respecto
Ken Wilber “meditación integral”  pg 256

El holón España es un holón enfermo que, en lugar de integrar (incluir y trascender) el sub-holón Catalunya, lo ha disociado y no le ha podido dar un espacio para que Catalunya sea. En otras palabras:    el “nosotros Castilla” no ha permitido un “vosotros Catalunya” porque lo ocupa todo; en mi opinión, inercias del pasado imperial castellano, una inercia Ámbar que ya no funciona en la compleja sociedad actual.
La ira que el proceso soberanista suscita en los aman España viene de esa incapacidad Ámbar de manejar esa complejidad, y se proyecta contra los “egoístas malos” que quieren romper el Bien Ámbar de la Unidad de España. Esa ira es el reflejo que ellos mismos son los que han dejado de creer en esa España que tanto dicen amar (anàlogo a cuando el marido celoso en nombre del amor exige a su mujer que no rompa el matrimonio: los celos y la exigencia es el reflejo que el matrimonio de hecho está roto). Constatan que su España Ámbar (una España monolingüe donde el uso catalán es una molestia tolerable mientras se mantenga un un lugar subordinado, por ejemplo) no puede integrar ese sub-holón catalán, por eso finalmente han tenido que recurrir a la Guardia Civil y a la cárcel, como ya se hizo otras veces en el pasado. Y cuando la justicia Naranja alemana y del resto de Europa no valida esa versión Ámbar, el Tribunal Supremo español declara la autarquía judicial
Como desde su altura Ámbar no pueden ver una España Verde (que sí sería capaz de integrar las diferencias) y ni siquiera usar los métodos Naranja -negociación política, referendum... lo que Cameron hizo en Escocia- para abordar el problema, la ira y la angustia por la rotura de España se proyectan hacia fuera. Mientras persista la confusión que identifica la España Ámbar con el holón España, que podria ser Naranja, Verde y más... el problema se mantendrá, tal como dice Ken Wilber en el texto de arriba a la derecha: son niveles que no se encuentran ni saben reconocerse entre sí.

jueves, 10 de agosto de 2017

Por qué el «Caso Pujol» no ha servido para desmontar el «soufflé soberanista»

La esperanza que suscitó entre el unionismo el estallido del «Caso Pujol», y su bajo impacto para desmovilizar el soberanismo, creo que es otro ejemplo de proyección de la sombra Ámbar del unionismo, esto es: un mapa oculto que está actuando en la conciencia pero que no se ve.
No vamos a analizar aquí los pormenores del caso, puesto que han sido sobradamente detallados en otros sitios. Solamente quiero destacar que, si el Estado tuvo que recurrir hasta las cloacas es porque pensó que el fin justificaba los medios. En otras palabras, un Bien indiscutible de la conciencia Ámbar -la unidad de España- justifica conculcar unos derechos y garantías democráticas propias del siguiente estado, el Naranja. Que se recurriera a las cloacas y la guerra sucia demuestra pues que el nivel Naranja -democracia, derechos individuales, etc- no está bien consolidado en España. Como le dijo un alto cargo del gobierno a la nuera despechada de Pujol “tu testimonio puede salvar España”, eso era lo más importante: la salvación de España. (La verdad es que encuentro sumamente divertidos esos episodios vodevilescos. Nos hace falta un Valle-Inclán para el s.XXI😀).
Hemos dicho que en la conciencia Ámbar el bien se transmite de arriba a abajo, cada persona ocupa su lugar asignado en la escala social y debe hacer lo que le toca: los de arriba a mandar y los de abajo a obedecer. Por eso es un un estado que se le llama conformista y la obediencia es un valor fundamental, ya que la cohesión y seguridad que ofrece se fundamenta en una distinción clara y sin componendas entre el Bien y el Mal. También es un estado etnocéntrico, el primero que pasa del “yo” al “nosotros”. Si ésta es la estructura de conciencia que está funcionando en el sujeto, es así como se ve el mundo, y por eso es tan fácil proyectarla sobre los demás, sobre todo cuando “el otro” se adhiere a un Bien diferente al compartido por mi grupo, puesto que es mi grupo quien tiene el monopolio del Bien, de ahí la la fácil acusación de “adoctrinado” contra “el otro” que analizamos en el último post. En Ámbar, la comunidad debe permanecer cohesionada tanto frente al enemigo exterior como al enemigo interior, el Mal es real y aguarda su oportunidad para atacar.
El unionismo Ámbar no se ve a si mismo como “nacionalista” puesto que su Bien es natural, lógico e indiscutible (y más con su confusión entre nación y Estado). El “nacionalista” siempre es el otro, en nuestro caso, el burgués taimado que construye una comunidad imaginada apelando a los bajos sentimientos para alienar a las clases populares haciéndoles creer que comparten intereses comunes, y que también comparten un enemigo común (en este caso “lo español”) frente al cual hay que cohesionarse. Esta caricatura no solamente se puede encontrar en un catecismo marxista, también en los catecismos falangistas, ambos expresión de Ámbar insano. En otras palabras, el “nacionalista” periférico es un falso que, con la llegada de la democracia en el 1978, hay que tolerar y sobrellevar porque en democracia no está bien reprimir. Sin embargo el Ámbar tiene bien claro cual es el Bien verdadero, y no lo confunde con la falsedad.
De ahí el gran alborozo que suscitó entre los jerarcas del unionismo Ámbar el acceso a las pruebas de los desmanes de los Pujol. No se trataba meramente de pillar a un delincuente, sinó exponer el símbolo de la falsedad de esa doctrina nacionalista que desde hace 4 décadas está cuestionando ese Bien Ámbar de la unidad de España. Vemos de nuevo la proyección de su mapa oculto que explicamos en el último post: se daba por hecho que el adoctrinamiento viene de arriba a abajo, porque eso es lo que ve la conciencia Ámbar. Si se pillaba al de arriba, el soufflé se venia abajo.
Supongo que para los catalanistas Ámbar sí que resultó un mazazo el descubrir la catadura del personaje. Pero como mantengo en mi tesis, el grueso del soberanismo no se encuentra en el nacionalismo Ámbar (donde sí está el unionismo español mayoritario), sinó en demanda Naranja de racionalidad y eficacia. Por eso, a pesar de tanto ruido mediático, el soberanismo ha seguido adelante con su plan Naranja-Verde. El cacareado souflé no se ha venido abajo, y a la conciencia Ámbar se le acaba su batería de proyecciones para evitar el dolor de mirarse a si misma ("proceso de desidentificación" en jerga Integral), dolor que confunde con el dolor de la “ruptura de España”. 


martes, 25 de julio de 2017

El adoctrinamiento soberanista y la necesidad de "españolizar a los niños catalanes"

Uno de los los argumentos más reiterados del unionismo es que los catalanes soberanistas estamos «adoctrinados», ya que los políticos soberanistas mienten y han difundido sus disparates a través de la escuela y de los medios de comunicación que tienen comprados y controlados. A eso dedican su esfuerzo y gastan el dinero de todos.
El «mapa oculto» subyacente a este argumento unionista es Ámbar. Al proyectar (porque no se reconoce en si mismo) esta sombra mítico-pertenencia sobre un oponente soberanista que básicamente se encuentra en el nivel siguiente, el racional-Naranja, le provoca hilaridad, cosa que aún irrita más unionista, que siente topar contra una pared de obcecación que se niega a escuchar sus pruebas. También provoca ira en los soberanistas Ámbar, que responden a la proyección de ese mapa oculto con la misma proyección: «y tu todavía estás más adoctrinado». Que se continue usando esa argumentación adoctrinamiento, a pesar de la patente ineficacia que ha demostrado para convencer a ningún soberanista, es una muestra de lo arraigada que está en la conciencia unionista ese nivel mítico-pertenencia Ámbar con sus correspondientes mapas ocultos.
En el nivel Ámbar la obediencia a las reglas establecidas es un valor fundamental, puesto que se han trascendido los impulsos egocéntricos del nivel Rojo anterior (“lo que es bueno es lo que a mi me conviene”), los cuales han quedado incluidos en una unidad superior, un “nosotros” que trasciende los lazos tribales y de sangre, aunque sea un “nosotros” etnocéntrico. Cuando la conciencia queda estancada en el nivel Ámbar, no puede reconocer por encima los valores Naranja mundicéntricos (“los hombres son iguales con independencia de sexo, raza, etc”) ni los valores Verde pluralistas (“hay que recoger, y no marginar, todas la perspectivas y minorías”). Sin embargo tenemos que recordar que los niveles no son compartimentos estancos; señalar el unionismo mayoritario como Ambar no quiere decir que los unionistas sean Ámbar en todos sus aspectos, ni mucho menos, todos tenemos diferentes facetas personales, relacionales o de opinión política que se pueden ubicar en los diferentes niveles de la espiral.
La obediencia es un valor Ámbar porque, al trascender el egocentrismo Rojo, lo que cohesiona ese “nosotros” etnocéntrico es un Bien que no se puede discutir, sólo hay que acatarlo. Afuera de ese “nosotros” sólo aguarda el caos tribal y egocéntrico del que se emergió anteriormente. Ya hemos escrito que esta narrativa es la usada por los vencedores de la Guerra Civil (y así justificaron sus crímenes) y todavía actúa desde la sombra colectiva, como fidelidad a los ancestros por los sacrificios que costó esa victoria. Ese Bien Ámbar indiscutible es “la unidad de España” (o más técnicamente: la soberanía del pueblo español). Por eso, desde la perspectiva Ámbar, quien “desafía” ese Bien sólo puede ser un loco, malvado, nazi, talibán... o un ingenuo adoctrinado por alguno de los anteriores.
Decimos que es una sombra Ámbar porque en ese nivel el Bien no se puede discutir o someter a crítica racional, sólo se puede acatar, y va de arriba a abajo. El Contrato Social, es decir, cuando el poder va de abajo a arriba y los gobernantes obtienen su legitimidad del consentimiento de los gobernados, es un logro del siguiente estado racional Naranja, esto es, de la Ilustración. Cuando se acusa de adoctrinado al oponente se está dando por hecho de que es un ser sin criterio propio y que alguien desde arriba le ha inculcado esas ideas que las debe asumir sin discutirlas, así es como funciona la conciencia Ámbar, y así es como funciona su "mapa" para ver el mundo.
Un ejemplo similar estaría en aquel ministro del PP que pretendía “españolizar a los niños catalanes”. Los que lo aplaudieron, sin lugar a dudas lo hicieron desde su gran amor a España, cuya unidad la consideran el Bien indiscutible. Ningún titubeo en considerar que “los catalanes son españoles” (“Qué pone en tu DNI?”(1) se lee en muchas discusiones de twitter). Sin embargo, por otro lado, estaba admitiendo que los catalanes no son (del todo) españoles, ya que reclamaban el tener que españolizarlos (algo no tan necesario en niños murcianos o leoneses). El titubeo no se admite en la conciencia Ámbar, la duda hay que expulsarla o relegarla a la sombra, sólo se admite la certeza. Si esa España no está tan unida como proclamaba con todo su amor el ministro, jamás podrá ser por la posibilidad que esa idea de la España unida no se corresponda con la realidad... (por ejemplo, podría haber una pluralidad cuyas partes tengan mal encaje…). Eso tiene que estar fuera de toda duda, la consecuencia es que tiene que haber algún elemento exterior, perverso, que ataque ese Bien cierto e indiscutible para la conciencia Ámbar que es la unidad de España. Y ese elemento exterior perverso es el independentista que, sea por ingenuidad (ahí cabe la salvación si acepta el Bien), sea por maldad (ahí no cabe el acuerdo), está “adoctrinado”. De ahí la incansable proyección de esa sombra contra el soberanista con la acusación de adoctrinamiento -y la poca mella que ha hecho para cambiarle la opinión.
Es una muestra más de esa sorprendente paradoja de que los más aman España hayan sido los que más han estimulado el movimiento independentista. La sombra es lo que más se teme u odia de uno mismo, por eso se necesita proyectarla fuera. La cohesión interna de la propia certeza, para que no emerja la duda, exige un esfuerzo descomunal. La represión interna se proyecta como agresión externa en defensa de ese Bien indiscutido.  En el caso de la unidad de España, en el s. XX durante décadas requirió de un régimen de terror y represión contra los elementos “separatistas” (también contra los “rojos”, pero esto daría para otro tema, demasiado largo). El hombre que ha asesinado a más españoles en la historia ha sido Franco, y lo hizo por amor a España (análogamente, quien más vascos ha asesinado ha sido ETA, por la liberación de los vascos)
Una vez terminado el franquismo, la oligarquía instalada en la elite política, económica del IBEX 35, judicial y mediática ha proseguido ese descomunal esfuerzo de cohesión interna; lo podríamos llamar un nacionalismo español que se desconoce a si mismo (otra vez la sombra), pero sí que ve en el oponente su nacionalismo y su control del pensamiento, y denuncia infatigablemente ese adoctrinamiento nacionalista. Por eso los media no se cansan de proclamar que el problema de España es “el nacionalismo” que amenaza ese Bien de la unidad de España, y apenas reflejan la incompetencia de esa oligarquía que trata de gobernar desde sus parámetros Ámbar insanos una complejidad que se les escapa.
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(1) Otra frase sorprendente es cuando dicen “Eres español y morirás español, jódete”. Es decir, que “ser español” es algo que jode, algo malo, una carga desagradable… La conciencia de ser que exige el nivel Ambar verdaderamente es muy dura para el ser español…